Hacer ejercicio es una de las cosas más sanas que podemos hacer para ayudar a nuestro cuerpo y organismo en el día a día. El deporte, como todo sabemos, beneficia notablemente nuestra salud mientras que el sedentarismo nos perjudica notablemente así que ¿por qué no practicamos todos algo de deporte? Las estadísticas muestran que cada vez somos más quienes preferimos movernos un poco pero aun así, seguimos siendo pocos, ¿cansancio, debilidad, falta de tiempo, ocio? ¿Quién es el culpable?
Mientras que unos son vagos por naturaleza, otros muchos son incapaces de coger un ritmo que les ayude a hacer deporte y otros, directamente, tienen problemas de salud que les impiden hacer ciertos ejercicios. Así que… ¿cómo debemos empezar a hacer deporte?
Reglas básicas para acabar con el sedentarismo
- Empieza a escuchar a tu cuerpo. A veces no hacemos caso a ciertos dolores o molestias musculares porque las asociamos con movimientos bruscos o falta de ejercicio cuando, siendo o no esas las posibles causas, es necesaria la intervención de un especialista. No sólo debemos cuidar de nuestro corazón o de nuestro hígado, también debemos cuidar de nuestros músculos y huesos. En la Clínica Óscar Díaz son conscientes de los problemas que pueden surgir cuando iniciamos una actividad deportiva y, por eso, mediante la osteopatía intentan preparar a nuestro cuerpo frente muchos posibles problemas posteriores.
- Deja de fumar. Si fumas no respirarás bien y si no respiras bien te agotarás tan rápidamente que te será imposible coger ritmo y fondo, por muy despacio que empieces.
- Come equilibradamente. Comer de manera sana y equilibrada te hace sentir más ligero/a y esto te ayuda a estar y sentirte mejor, con más energía y más apta para iniciar una actividad deportiva.
- Ponte pequeñas metas. Olvida eso de empezar ganando la maratón porque es imposible. Tu cuerpo no es ni mejor ni peor que el de los demás y, por tanto, no puedes competir ni equipararte al de alguien que lleva haciendo deporte toda su vida. Usa objetivos realistas que puedas cumplir para no desmotivarte antes de tiempo.
- Adaptación. No pretendas que tras la primera semana tu cuerpo se haya adaptado al ejercicio y tengas ganas de hacerlo porque no es así. Si bien es verdad que conforme te vayas adaptando empezarás a disfrutar, eso no se consigue de la noche a la mañana.
- Ten en cuenta que a todos nos llega la crisis. Tendrás momentos de euforia y días en los que no querrás moverte de la cama. Es normal, no te agobies. Simplemente oblígate a levantarte y verás cómo esa crisis también se pasa.
En esta web encontrarás una buena manera de iniciar una rutina deportiva poco a poco. Aquí tienes un resumen:
- Durante la primera y segunda semana haz ejercicio a un ritmo normal unos 20 o 25 minutos tres o cuatro veces.
- En la tercera semana sube un poco el ritmo, no mucho, y llega hasta los 30 minutos.
- Para terminar el primer mes apretaremos un poco, sin pasarse, haciendo el mismo tiempo de ejercicio pero con una rutina que te obligue a cambiar el ritmo como, por ejemplo, caminando 10 minutos, corriendo 30 segundos y caminando 2 minutos más, así unas 5 repeticiones, y luego otra caminata de 10 minutos más.
- Ya hemos pasado el primer mes así que empezaremos con el segundo intentando aguantar 40 minutos seguidos de ejercicio y alternando también momentos de ejercicio más calmado con momentos de ejercicio fuerte.
- Cuando llegues al tercer mes tu objetivo será conseguir aguantar 45 minutos con un ejercicio que vaya de moderado a fuerte, así que olvídate ya del “poco a poco” y ponte las pilas.
- El cuarto mes márcate metas más altas como alargar las distancias que recorres en el mismo tiempo, o apúntate a alguna carrera popular. La idea es que no pierdas las ganas ni el ritmo. ¡Sigue así!