El sentirte bien, la mejor medicina contra la depresión

Historias de superación hay muchas, pero en todas hay que saber sacar lo positivo. Y sobre todo que esa historia nos sirva para nosotros. Como cuando se sacaba una moraleja de todas las historias, pues en este caso para poder ver con más optimismo la vida. Me gustaría que tomaras nota de esta historia porque creemos que os puede venir bien.  Te voy a contar una historia inspiradora sobre los beneficios que el ejercicio físico tiene para la salud mental, con el caso personal de un hombre del que conozco muy bien que luchaba contra la depresión.

Esta historia podría empezar como esos cuentos que decían…había una vez un hombre llamado Jesús María, que había estado luchando con la depresión durante muchos años. Una enfermedad que solo se sabe lo dura que es hasta que estás metido de lleno. Se sentía atrapado en un estado de ánimo por los suelos, estaba desmotivado y sin esperanza. Un día, su médico le sugirió que probara a incorporar el ejercicio físico a su rutina diaria para ver si ayudaba a mejorar su estado de ánimo. Por supuesto, que esto no hizo mella porque ya sabemos que eso de correr es cosa de cobardes.

La verdad es que al principio, Jesús María estaba escéptico, ya que la motivación no era lo suyo, ni para hacer ejercicio ni para otras cosas de la vida. Estaba claro que pensaba que no tendría ningún impacto en su estado mental. Sin embargo, decidió darle una oportunidad y comenzó a caminar todos los días durante 30 minutos. Al principio, le resultaba difícil mantener una rutina, pero con el tiempo, comenzó a notar algunos cambios en su estado de ánimo. Vale, lo reconozco, esa persona la que hablo soy yo. Me quito la careta y os cuento todo, pero ya en primera persona.

El simple acto de caminar al aire libre ya me permitía desconectar de mis pensamientos negativos y me proporcionaba una sensación de calma y tranquilidad que hacía mucho tiempo que no tenía. Con el tiempo, fui comenzando a aumentar la intensidad del entrenamiento incluyendo correr y hacer ejercicios de fuerza. A medida que se volvía más activo, iba notando que mi nivel de energía aumentaba y mi estado de ánimo comenzaba a mejorar. Sobre todo tenía ganas de vivir, que eso me pasaba hace muchos años que no tenía.

Un claro ejemplo de las ganas que tenía de volver a vivir es que esa mañana entré en una página web de joyas, recuerdo que era Joyería Lorena, y lo primero que hice fue comprar una cadena de oro para mi mujer, que estaba padeciendo mi dolor desde muchos meses. Se lo merecía porque siempre había estado a mi lado.

Además, me  he dado cuenta de que el ejercicio viene muy bien para dormir mejor por las noches. Porque ya os puedo decir que si hay algo que sienta mal es no poder dormir por las noches. Durante el día puedes evadirte con tu día a día, pero las noches son muy duras. De ahí la canción de Joaquín Sabina de las famosas 19 días y 500 noches. La verdad es que es un gran problema  que se suma a la depresión. Con el tiempo, ya os digo que he empezado a sentirme más positivo y con mayor claridad en la mente. El ejercicio se había convertido en mi válvula escape y en una forma de liberar el estrés y la ansiedad que había estado acumulando. Aún no me creía que estaba saliendo de un túnel tan negro.

Una carrera de fondo

Finalmente, después de varios meses de volver a hacer ejercicio, tengo claro que me he sentido mejor, y recuerdo incluso cuando hacía ejercicio de adolescente y me creía el mismísimo Carl Lewis en la prueba de los 100 metros lisos de los Juegos Olímpicos. Poco a poco, es cierto que esto es una carrera de fondo, mi depresión fue cayendo significativamente y he podido ir disfrutando de una mayor sensación de bienestar. Además, he encontrando la motivación para participar en muchas cosas que antes parecía que tenía vetadas, por el simple hecho del qué dirán.

Mi historia es un testimonio real, pero en este caso del poder del ejercicio para mejorar la salud mental. Creo que es algo que se tendría que saber. El compromiso con una rutina de ejercicio regular no solo me ha ayudado a pasar esta maldita depresión, sino que también para darme una sensación de campeón, de haber ganado la batalla.  Algo que me dejó claro es que para cuidar tu mente también tienes que hacerlo con tu cuerpo.