La vida se compone de etapas y cada una tiene sus particularidades. El ser humano es un animal que debe tener una capacidad de adaptación permanente. Tiene que saber desenvolverse en todos los contextos y en todas y cada una de esas etapas de las que se compone la vida para conseguir sacar el máximo jugo de cada una de ellas y ser feliz en todo momento. Es verdad que el contexto va a cambiar en cada uno de esos momentos, no va a ser el mismo cuando somos niños que cuando ya nos hemos jubilado. Pero las opciones de sacar una sonrisa y aprovechar nuestro tiempo siempre van a estar ahí… si sabemos cómo hacerlo.
Cuando somos niños, la vida parece un camino de rosas. Invertimos la mayor parte de nuestro tiempo en jugar y hacer amigos. Este es probablemente el mejor momento de la vida de muchas personas. A medida que vamos creciendo, las obligaciones empiezan a multiplicarse. Primero por una cuestión relativa a los estudios y más tarde por cuestiones de trabajo y dinero. En ese momento todavía tenemos una buena salud física, pero mentalmente estamos más ocupados porque, además de estar en el prime de nuestra carrera profesional, también podemos tener obligaciones familiares como las que se derivan de tener un hijo o hija. La jubilación es la última etapa de la vida y en la que encontramos el tiempo que quizá nos faltó en la etapa anterior. Aunque es posible que a estas alturas sí que contemos con algún achaque ocasionado por la edad, hay muchas opciones para que encontremos la felicidad en ese momento.
Queremos centrarnos en los párrafos que siguen en la manera en la que se puede ser feliz en la jubilación, durante la tercera edad. Se trata de un momento de la vida perfecto para ello puesto que nos hemos liberado de las cargas asociadas al trabajo y ya tenemos a nuestros hijos e hijas lo suficientemente crecidos como para que realicen su vida de manera independiente. La tercera edad es el momento perfecto para dedicárnoslo a nosotros mismos, a disfrutar también del dinero que hemos ido ganando a lo largo de los años y a evadirnos de prácticamente cualquier tipo de preocupación que no tenga que ver con nuestra salud.
Parece un momento perfecto para ser felices, ¿verdad? Lo es, os lo podemos asegurar. Pero también es cierto que son muchas las personas mayores que no se sienten cómodas con una rutina en la que apenas hay obligaciones ni tareas por hacer. Esto último es relativo porque, aunque no se tenga a estas alturas de la vida un empleo como tal, sí que existen muchas rutinas y actividades en las que invertir el tiempo y que nos pueden proporcionar ese entretenimiento que se busca. En pleno siglo XXI, hay más posibilidades que nunca en ese sentido y creemos que la mayoría de los ancianos y ancianas de España están empezando a darse cuenta de ello, lo cual nos alegra una auténtica barbaridad.
En la página web del Centro de Jubilados de Corrientes se publicó una noticia en la que se mencionaban 7 actividades que puedes hacer después de jubilarte y que son las que vamos a desgranar a continuación.
- Si todavía sientes la necesidad de trabajar, hazlo pero a tiempo parcial para que puedas disfrutar de una mayor cantidad de horas libres que cuando tu dedicación era total.
- Si sientes apego a la profesión que desarrollaste, puedes emplearse como consultor, lo cual te dará cierta libertad para organizarte del modo en que quieras.
- Unirse a un voluntariado es una opción muy buena para aquellas personas que queráis seguir sintiéndoos útiles.
- Continuar aprendiendo en diversas facetas de la vida es siempre interesante. No seríais los primeros que empiezan una carrera universitaria después de haberse jubilado.
- Retomar relaciones personales es una opción fantástica para poder cultivar amistades y mantener un determinado grado de socialización, que siempre es recomendable en esta vida.
- Dedícale tiempo al hobby que más te apasione. Eso te hará feliz y te permitirá disfrutar al máximo de cada uno de los días.
- En última instancia, es interesante que le dediques una parte de tu tiempo a escribir. Es una buena manera de ejercitar la memoria y de que dejes el legado de tu experiencia o tu imaginación a los demás.
En otra noticia, el portal web de Prensa Libre también indicaba algunas de las actividades que suelen realizar las personas cuando se jubilan y que son las que vamos a referenciar a continuación:
- Retomar lo que no se pudo hacer en su día. Todos y todas tenemos alguna actividad que nos hubiera gustado hacer en otro momento y que nos fue imposible de desempeñar por culpa de las obligaciones familiares o de trabajo. La jubilación es el momento de acudir a ellas.
- Una rutina de ejercicio físico no nos viene nada mal. El sedentarismo es el peor aliado que nos podemos echar para nuestra rutina, así que os recomendamos que hagáis alguna actividad física que siempre tenga en consideración vuestras necesidades y aptitudes.
- Ejercitar la memoria es básico, por eso también nos hablábamos más arriba acerca de la posibilidad de que escribáis. Una de las enfermedades más tristes que padecen las personas mayores en la actualidad es el Alzheimer y una buena manera de combatirlo es ejercitar la memoria.
- Las actividades recreativas constituyen una de las mejores recomendaciones que se os puede hacer si sois personas mayores. Viajar, salir a tomar algo, hacerse socio de un club de baile… hay tantas opciones como queráis.
- Socialización. Como os apuntábamos también más arriba, es indispensable para tener contacto con personas que han formado parte de nuestra vida y que merecen tenernos cerca.
Os sorprendería conocer alguna de las actividades en las que las personas jubiladas invierten su tiempo. Aunque no sea una actividad que englobe a una mayoría de este grupo de población, obtener una licencia de navegación empieza a tener bastantes adeptos entre los mayores de 67 años. “Nunca es demasiado tarde para aprender algo nuevo”, dicen los jubilados a los profesionales de Atar Cabos, una empresa especializada en preparar a las personas para obtener esa licencia, cuando son preguntados acerca de este nuevo hobby. Y la frase es cierta por completo. Si existe una actividad que siempre nos ha llamado la atención y a la que siempre le hemos querido dedicar tiempo, nada debe impedir que aprendamos a realizarla aunque seamos ancianos.
El mar, un aliado al que nunca tenemos que renunciar cuando estamos jubilados
El mar es, sin duda, uno de los lugares más especiales de todos aquellos países, regiones o ciudades que tienen la suerte de contar con él. Las personas que suelen vivir en esos sitios sienten la llamada del mar cuando no se encuentran cerca de él, pero a las personas que no están acostumbradas a estar cerca de él también sienten la necesidad de disfrutarlo. Es precisamente por ese motivo por el que, cuando somos mayores, nos puede dar perfectamente por intentar obtener una licencia de navegación, como estábamos explicando más arriba. Y estamos convencidos de que se trata de una actividad de la que disfrutan todas y cada una de las personas que se embarcan (y nunca mejor dicho) en ella.
Todavía hay personas mayores que, cuando terminan de trabajar, suelen quedarse postradas en un sillón, viendo la vida pasar. Esa no es la mejor alternativa para disfrutar de los años de vida que nos queden, desde nuestro punto de vista. No suele ser bueno desde el punto de vista físico ni tampoco desde el mental. Tenemos la necesidad de entretenernos cuando somos mayores y olvidarnos de todos aquellos pensamientos negativos que puedan acudir hasta nuestra cabeza por el simple hecho de estar en la que es la última etapa de la vida. No paréis de disfrutar. Hasta el último segundo.
Ni que decir tiene que todas estas actividades también las podéis realizar en otros momentos de la vida si así lo deseáis y si así os podéis organizar. De hecho, también es habitual que personas que carecen de obligaciones familiares pero que todavía están en edad de trabajar también salgan a navegar o que estén interesadas en hacerlo. Por supuesto que os animamos a hacerlo. Como decíamos más arriba, el mar es el mejor aliado cuando estamos jubilados, pero también es así en el caso de que no lo estemos y continuemos ejerciendo alguna actividad profesional.
La vida es demasiado bella como para perderla estando sentados en un sillón, viendo correr los segundos y los minutos. Hay que aprovecharla, ser valiente con aquellas cosas que nos gustan y obtener esa felicidad que nos hemos merecido y que hemos ido buscando a lo largo de los años. Es verdad que cada vida es un mundo y que no todo el mundo llega en las mismas condiciones a los 67 años, pero en la medida de lo posible tenemos que hacer todo lo necesario para hallar esa felicidad y no dejarla escapar por nada en el mundo.