Ayer estuve en el dentista. Llevaba mucho tiempo sin ir, desde muy pequeña, cuando me había dolido una muela. Estaba por aquel entonces comenzando el instituto, y ahora llevo ya una carrera y más de diez años trabajando de lo mío, así que imaginad la de tiempo que llevaba sin ver un torno o cualquiera de los aparatos de un profesional de la odontología. Me decanté por acudir a La Clínica Dental Garriga, una clínica dental situada en Madrid con más de 30 años de experiencia y en la que su filosofía se basa en dos pilares fundamentales, la máxima especialización de sus profesionales y la calidad asistencial. Había buscado información sobre diferentes centros que no me quedasen especialmente lejos y me decidí por ellos porque cuentan con un equipo de especialistas en implantes dentales, periodoncia y endodoncia en constante formación y actualización para ofrecer los mejores resultados a sus pacientes. Asimismo, sus profesionales aplican los últimos avances en ortodoncia y estética dental para conseguir sonrisas limpias y armónicas.
Como estoy encantada con ellos, tanto por su trato como por su profesionalidad, os recomiendo que los visitéis. Si no sabéis donde estar visitad su ficha en google maps en el siguiente enlace: Clinica Dental Garriga.
La verdad es que la experiencia fue muy satisfactoria, el trato fue fabuloso. Y encima mi boca seguía como siempre, sin problemas que me diesen mayor preocupación. Me hicieron unas radiografías, examinaron todo con lupa y me realizaron una limpieza bucal para eliminar el sarro que suele acumularse entre los huequitos de los dientes. Al final, una receta de una nueva pasta de dientes contra la gingivitis porque tenía las encías algo inflamadas, y nada más.
Pero estuve charlando un ratito con la doctora que me atendió, ya que me resultaron muy agradables todos los miembros del personal y yo era la última paciente, así que no formábamos cola ni retrasos para nadie. Ella me comentó algo que yo desconocía y que quiero compartir con vosotros. Y es que con la nutrición no solo cuidamos nuestro cuerpo y la salud del mismo, sino especialmente la de nuestros dientes.
No sé si habéis pasado alguna vez por una limpieza dental. No es algo insoportable, claro está, pero sí resulta muy desagradable. Hay zonas de la dentadura y piezas en concreto que son mucho más sensibles que otras, así que a veces sientes algo de dolor y desearías haber hecho todo lo que estuviese en tu mano para no tener que pasar por ese sillón muchas veces en tu vida.
Pues bien, la doctora me explicó que existen alimentos que son mejores que otros para los dientes y que los cuidan dentro de la medida de la posible. Por ejemplo, no basta con cepillarse los dientes tres veces al día o después de las comidas para retirar las bacterias, sino que hay frutas como la manzana que protegen la dentadura y que son muy convenientes. Normalmente este tipo de alimentos coinciden también con aquellos que le van bien al cuerpo por otros motivos. Ya sabe el dicho, una manzana al día nos previene del médico. Debemos evitar también aquellos que tienen mucho ácido y que no hacen bien al esmalte dental, como pueden ser las naranjas.
Los cafés, que son conocidos por las manchas que dejan en los dientes, como decíamos, además de venir mal al cuerpo, especialmente por los temas de tensión y de adicción, tampoco van muy bien con la dentadura. Dejan unas marcas que son difíciles de quitar incluso con los cepillados profesionales. Pasa lo mismo con otro de las cosas que nos llevamos a la boca y que es perjudicial para la salud: el tabaco. Aquí poco hay que explicar, todos nos hacemos una idea o conocemos a alguien que fuma y que no tienen la mejor dentadura de la que presumir.
Yo desde aquí os recomiendo entonces que hagáis lo que hice yo ayer, aprovechar para acudir a una revisión al dentista (más vale prevenir que curar) y pedidle asesoramiento acerca de los alimentos que os pueden venir bien o preguntarle cuáles son los que no debéis probar para cuidar vuestra boca.