Diciembre es el mes de las comilonas por excelencia, y es que dependiendo en la zona en la que vivas puedes tener hasta tres comidas y cenas seguidas, llenas de kilocalorías. Navidad, nochebuena, y en Cataluña la segunda navidad, son los momentos que siempre recordamos cuando, pasados los reyes magos, empezamos a ir al gimnasio para bajar los kilos que cogimos durante las fiestas.
El deporte es pieza fundamental de la vida, o al menos debería de serlo, ya que es parte vital de un estilo de vida sano. Esto se hace cada día más patente gracias a la difusión en redes sociales de la importancia de una vida saludable alejada de la obesidad y el sobre peso, enfermedades demasiado comunes a día de hoy en los más jóvenes.
Lo que mucha gente no sabe es que el rendimiento deportivo se puede ver gravemente afectado por factores que no tienen que ver con los músculos que influyen directamente en el mismo. Es el caso de la salud dental, que puede generar problemas en encías y dientes principalmente, que pueden derivar en lesiones importantes a nivel muscular o articular. Esto es precisamente de lo que vamos a hablar en el artículo de hoy, ya que es poco conocido que la salud dental puede ser un problema para los deportistas, sean de alto nivel o amateurs. Para ello vamos a basarnos en un artículo bastante descriptivo de Canal Salud
Descuidar nuestros hábitos de limpieza es el primer indicador a tener en cuenta
Cuando descuidamos nuestra salud dental se generan efectos directos que no se acaban en las conocidas caries, sino que las encías, la dentina, esmalte y otras partes importantes de nuestros dientes entran en peligro. Pero sin duda el mayor problema que puede tener un deportista está en las encías y el hueso que soporta los dientes, además de las ya mencionadas caries.
En la mayoría de ocasiones, las causas de la caries, problemas de encías y del hueso que soporta la muela provienen de focos de infección que provocan un paso de las bacterias a la sangre y que causan lesiones a distancia en diferentes órganos, así como en los músculos, tendones y articulaciones. Esto provoca que la respuesta del organismo se vea alterada, afectando de manera directa a los éxitos deportivos.
Uno de los hábitos de muchos deportistas, amateurs y de alto nivel, es apretar los dientes a la hora de hacer esfuerzos físicos de alta intensidad. Este gesto realizado de manera continua se denomina bruxismo, que produce una elevada tensión en los músculos que rodean la mandíbula, y que puede generar dolor en cualquier momento del día. La sobre carga de los músculos alrededor de la mandíbula se puede trasladar a los hombros, dificultando la postura a la hora de hacer deporte, y influyendo directamente en lesiones provocadas por esta postura. Por suerte el bruxismo se puede corregir de manera relativamente sencilla acudiendo a férulas de descarga que se pueden llevar durante la noche, así como a tratamientos de ortodoncia para corregir la postura de los dientes superiores e inferiores. Este tipo de ortodoncias las ofrece Ortofamily en su clínica de Chamberí en Madrid, siendo un centro de referencia en todas las especialidades en Odontología.
Otro aspecto relacionado con la salud dental que afecta de manera directa al deporte es la alimentación. Los hidratos de carbono y las bebidas energéticas suelen tener un alto contenido en azúcar, lo que provoca a la vez una alta probabilidad de generar caries. Las personas que consumen más proporción de azúcar deben recordar que la limpieza después de cada comida es primordial, así como que la digestión empieza con la masticación.
En invierno el número de competiciones deportivas de alto nivel se reducen, excepto las competiciones de deportes de invierno, que lógicamente aumentan porque la temporada dura tanto como lo que perdura la nieve o el frío. Pero si nos situamos en el primer caso, tenemos que el número de eventos deportivos se reduce, lo que hace que sea un momento perfecto para cuidar de la salud dental.
Por tanto, el mejor momento para proceder a una revisión dental es durante la pretemporada o durante las vacaciones de agosto (debido al calor)