Seamos coherentes

Me hace mucha gracia cuando, hombres o mujeres, se someten a ciertos tratamientos estéticos para adelgazar o para verse mejor pero luego siguen tirados en el sofá con una inactividad pasmosa. No pretendo ser hipócrita, ni mentirosa, yo soy la primera que me hago “mis cositas”. La semana pasada, sin ir más lejos, acudí a mi centro estético de referencia por recomendación de mi esteticien para probar la nueva máquina de fotodepilación que habían adquirido en Dibody, una tienda de aparatología médico-estética de la que llevan hablándome varios médicos de dicho centro por la efectividad de sus productos.

Estaban tan ilusionados con la compra de los nuevos aparatos que no pude resistirme a probarlos.  Pero hay una gran diferencia entre esa gente sedentaria que luego recurre a tratamientos estéticos para mejorar su aspecto físico y yo, y es que yo no aguanto la inactividad. Trabajo de 9 a 17 y cuando salgo me voy a gimnasio, mínimo tres veces por semana, y los domingos (tras excederme un poco el sábado) suelo salir a correr por las mañanas. Así que una cosa no quita la otra.

Con esto quiero decir que no estoy en contra, ni mucho menos, de que cada uno haga lo que le venga en gana pero opino que deberíamos tener cierta coherencia en nuestras acciones: si pesas 120 kilos y quieres adelgazar, ponte a dieta, haz deporte y luego, si necesitas ayuda (que es probable) plantéate el balón intragástrico pero no recurras a él directamente y después, tras perder peso, sigas sentada/o en el sofá viendo la televisión cada tarde. Sal a la calle, haz ejercicio, juega con tus hijos y disfruta de la vida.

Si quieres tener una piel bonita en el rostro no seas vaga y ponte una crema que vaya acorde con las necesidades de tu piel a diario, utiliza exfoliante una vez a la semana, tónico facial y desmaquíllate a diario antes de ir a dormir pero no hagas como una de mis mejores amigas que se pinta para ir a trabajar todos los días y se acuesta sin lavarse la cara prácticamente, jamás ha usado cremas y no sé si conoce el significado de la palabra “exfoliación” pero ahora va y se hace un peeling en una clínica dermo-estética. Y lo veo genial, no me malinterpretéis, pero seamos un poquito coherentes y cuidémonos un poco antes de llegar al tratamiento médico, o a la cirugía, y luego, si sigue siendo necesario, usémosla que para algo está ¿no?

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Hay personas que pierden la vida

No debemos olvidar que la cirugía es algo peligroso. Mucha gente muere en los quirófanos en operaciones estéticas así que no es algo a tomar a la ligera pero como parece que cuando no conocemos a esas personas tenemos un mecanismo mental que nos hace no dar importancia a la situación o al hecho en sí, tal vez deberíamos ponerles rostros a algunas, como a estas 8 famosas muertas en operaciones de cirugía estética.

  1. Caroline Ebert (concursante de Gran Hermano en Alemania). Murió con 23 años por culpa de su sexta operación de aumento de pecho. La intervención no salió bien: sufrió un infarto en la mesa de operaciones que la dejó en coma. No pudieron hacer nada por su recuperación.
  2. Raquel Santos (modelo brasileña). Perdió la vida a los 28 años mientras se sometía a una operación de cirugía estética. Quería rellenar las arrugas de su rostro y deshacerse de las líneas de expresión. Otro infarto cardiaco la dejó en la mesa de operaciones, inerte, sin vida… no pudieron reanimarla.
  3. Pamela Baris do Nascimento (presentadora brasileña). Murió con 27 años durante una liposucción. Una grave hemorragia interna le quitó la vida durante la operación, probablemente por una punción en el hígado.
  4. La Madre de Kanye West. Donda West, madre del popular rapero, quiso hacerse una reducción de pechos y de abdomen a los 58 años, una edad que el médico consideraba peligrosa. Además, no quiso quedarse ingresada en la clínica tras la operación. Sufrió unas fuertes hemorragias en su casa que acabaron con su vida.
  5. Catherine Cando (modelo ecuatoriana). La joven, de 19 años, ganó un bono para una operación tras ser coronada Miss Durán en 2014. Optó por una liposucción que le costó la vida.
  6. Solange Magnano (Miss Argentina). Perdió la vida en 1009 con 38 años. Quería un implante de glúteos pero la operación no salió bien y la joven sufrió una embolia pulmonar.
  7. Whang Bei (concursante del American Idol chino). Se trata de una cantante muy popular en china que perdió la vida con 24 años al sufrir un paro cardiorrespiratorio en la mesa de operaciones. Se estaba sometiendo a un estrechamiento de mandíbula, una operación a la que se había sometido su madre unos días antes.
  8. Olivia Goldsmith. Una gran escritora (“El Club de las Primeras Esposas”) que perdió la vida en 2004 tras una operación de estiramiento de piel en la zona de la barbilla. Sufrió un ataque cardiaco cuando le inyectaron la anestesia y quedó en coma. Perdió la vida unas horas más tarde.