El pasado mes de marzo participé por primera vez en el Maratón de Barcelona. Después de participar en septiembre en la Media de Valladolid, mi tierra, decidí dar un salto más y por primera vez participar en la prueba de 42 kilómetros. Era todo un reto, pero estaba dispuesto a hacerlo. Lo que recomiendo, aparte de entrenar duro, es coger alojamiento con tiempo. Yo lo hice en el Hotel Merce, en pleno barrio gótico, y fuera aparte de lo deportivo, fue otra de las cosas que más disfruté en mi experiencia en tierras catalanas.
Y digo que disfruté porque cómo se le puede definir a estar alojado antes de correr la Maratón en uno de los hoteles 5 estrellas de Barcelona. Recomiendo que si vas a participar en una prueba así, des mucha importancia al alojamiento. Es vital dormir bien, la noche antes de la carrera, por lo cual, no es aconsejable ahorrarte unos euros en ir a una pensión. Si lo haces con tiempo, como fue mi caso, puedes lograr un hotel de lujo en Barcelona por muy buen precio.
Cerca de 19.200 personas corrimos desde las 8.30 de la mañana en esta prueba de 42 kilómetros y 195 metros en la que participamos un 8% más de maratonianos que el año pasado y que contó con un 17% de chicas, y un 42% de corredores extranjeros. Unos datos que reflejan la importancia de esta carrera.
Además fue un éxito de público. El Maratón de Barcelona llenó las calles de que no se cansó de animarnos. El cambio de recorrido por vías de mayor anchura y el clima fresco y soleado propició que fueran más espectadores los que se animaron a participar en este esperado acontecimiento.
Después de desayunar de acuerdo a un atleta, encontrarme con otros runners de mi ciudad, pude vivir un gran ambiente de maratón. Curiosamente, lo normal es que haya bajas de última hora, pero este año lo que hubieron fueron altas inesperadas. Ya que muchos íbamos con compañeros que querían buscar marca, otros en cambio iban a probarse, está claro que la magia de la maratón de Barcelona hace que sea muy difícil quedarse en casa cuando te ofrecen un dorsal.
Entre subidas y bajadas, fueron cayendo los kilómetros hasta el 10 a ritmos de entre 5:20 y 5:47. Del 11 al 20, velocidad de crucero entre 4:51 y 5:00, excepto uno de subida a 5:15.Y de momento las fuerzas iban muy bien. Del 20 al 25 seguía el ritmo alrededor de 5:00. Yo ya empecé a hacer la goma antes del 25, en un avituallamiento me quedé algo atrás y me costó horrores cazarles. Ya empezaba a pensar en volver a mi cama de uno de los hoteles de lujo de Barcelona. El tío del mazo llamaba a mi puerta. Sin embargo, saqué fuerza de donde no las tenía. Y logré llegar. Todo un éxito. Tengo que reconocer que me costó más de lo pensado, lo que me hizo derramar alguna lágrima cuando cruce la deseada línea de meta.
Al final terminé en el puesto 1.345, que no está nada mal. Teniendo en cuenta que el ganador fue Philip Cheruiyot Kangogo, que se ha impuesto al resto de corredores con un tiempo de 2 horas, 8 minutos y 16 segundos. Incluso estuvo está muy cerca del actual récord, logrado por el keniano Jackson Kipkoech Kotut el 7 de marzo del 2010, con 2 horas, 7 minutos y 30 segundos. Yo finalicé con un magnífico tiempo de 2 horas, 57 minutos y 45 segundos. Por cierto, mi mejor marca.
Después de hacer mi particular versión de Filípides, volví al hotel Merce, para descansar y volver a pensar en la cita del próximo año. Si no hay sorpresa volverá a estar, y también pernoctará en este hotel de lujo de Barcelona. Tengo claro que esta prueba engancha por su buen ambiente y por tener un circuito que te hace ir al máximo.