La realidad de la demencia senil

Benviure Centre Assintencial Geriàtric es el único centro asistencial de Barcelona especializado en el tratamiento de la demencia senil y el apoyo a las familias que padecen esta enfermedad. Un centro excepcional pero que, en realidad, no debería serlo, puesto que la demencia senil es una de las patologías más frecuentes que afectan a la tercera edad, ya que afecta al 5 % de las personas mayores de 65 años y su índice de riesgo va en incremente a medida que aumenta la edad, hasta encontrarse entre el 20 % de las personas mayores de 80 años. Dentro de sus modalidades, la más frecuente, con una cuota del 70 % de los diagnósticos de demencia senil, es la enfermedad de Alzheimer. Otras demencias de menor incidencia porcentual son la vascular –causada por la acción de pequeños accidentes cerebrovasculares-, la demencia con cuerpos de Lewy –provocada por la aparición de estructuras proteínicas anormales en los ancianos-, la degeneración frontotemporal y las demencias secundarias.

La Organización Mundial de la Salud define la demencia como un “síndrome debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficits de múltiples funciones corticales superiores, entre ellas la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia permanece clara. El déficit cognoscitivo se acompaña de deterioro del control emocional, del comportamiento o de la motivación”. La demencia senil, por su parte, es una variante provocada por el deterioro de los procesos cognitivos derivado de la edad. Es decir, que está ligada por sistema al envejecimiento del cuerpo, si bien no está fijada a un plazo de tiempo en concreto. De hecho, en el ámbito médico se baraja los 65 años de edad para determinar si este tipo de demencia es precoz o presenil –en caso de que aparezca antes de esta frontera- o tardío y senil –por encima de los 65 años-.

11El caso es grave, puesto que la mayoría de tipos de demencia son degenerativos e irreversibles, si bien ante ciertas clases se puede ejercer una labor de contención o contrarrestación en el supuesto de que se detecten a tiempo, como el las lesiones cerebrales, los tumores en el cerebro, el consumo excesivo de alcohol, los niveles bajos de vitamina B12, la hidrocefalia normotensiva, los efectos secundarios de medicamentos como la cimetidina y los destinados a bajar el nivel de colesterol o las demencias de origen metabólico, derivadas de cambios en los niveles en sangre de azúcar, calcio o sodio. Además de los anteriormente citados, también puede derivar en demencia las lesiones cerebrales, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Huntington, infecciones como el VIH y el Sida, la sífilis y la enfermedad de Lyme; la enfermedad de Pick o la parálisis supranuclear progresiva.

Por lo general, la demencia senil se manifiesta a través de una serie de síntomas que revelan una función mental alterada. Además de en el olvido, síntoma primigenio y más frecuente de la demencia, también aparecen otros indicativos como los cambios repentinos e inexplicables en el comportamiento emocional o la personalidad del paciente, los problemas en el lenguaje y la comunicación, las alteraciones en la percepción, las disfunciones de la memoria o las pérdida de las herramientas cognitivas de pensamiento y juicio. Cabe destacar la sintomatología del deterioro cognitivo leve (DCL), que es el punto intermedio entre el olvido natural producto del envejecimiento del organismo y la antesala de la demencia senil en algunos casos –no todos-. Se caracteriza por el surgimiento de ligeras alteraciones en el razonamiento lógico y los pequeños fallos de memoria que, no obstante, no inciden de manera decisiva en el transcurso de la vida cotidiana del paciente. Aquí, Medline Plus, página web promovida por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, detalla una serie de síntomas para la detección del deterioro cognitivo leve:

  • Dificultad para realizar más de una tarea a la vez
  • Dificultad para resolver problemas y tomar decisiones
  • Olvidar hechos o conversaciones recientes
  • Tardar más tiempo en llevar a cabo actividades mentales más difíciles

Entre ellos, los síntomas tempranos de demencia pueden incluir también:

  • Dificultad para realizar tareas que exigen pensar un poco, pero que solían ser fáciles, tales como llevar el saldo de la chequera, participar en juegos (como bridge) y aprender nueva información o rutinas.
  • Perderse en rutas familiares.
  • Problemas del lenguaje, como tener dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares.
  • Perder interés en cosas que previamente disfrutaba; estado anímico indiferente.
  • Extraviar artículos.
  • Cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales, lo cual puede llevar a comportamientos inapropiados.
  • A medida que la demencia empeora, los síntomas son más obvios e interfieren con la capacidad para cuidarse. Los síntomas pueden incluir:
  • Cambio en los patrones de sueño, despertarse con frecuencia por la noche.
  • Dificultad para realizar tareas básicas, como preparar las comidas, escoger la ropa apropiada o conducir.
  • Olvidar detalles acerca de hechos de actualidad.
  • Olvidar acontecimientos de la historia de su propia vida, perder la noción de quién es.
  • Tener alucinaciones, discusiones, comportamiento violento y dar golpes.
  • Tener delirios, depresión, agitación.
  • Mayor dificultad para leer o escribir.
  • Falta de juicio y pérdida de la capacidad para reconocer el peligro.
  • Uso de palabras erróneas, no pronunciar las palabras correctamente, hablar con frases confusas.
  • Retraerse del contacto social.
  • Las personas con demencia grave ya no pueden:
  • Llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse y bañarse
  • Reconocer a los miembros de la familia
  • Entender el lenguaje
  • Problemas para controlar las deposiciones o la micción
  • Problemas para deglutir