De ruta por el monte, con el guía por delante

Hacer senderismo en un deporte que no pierde adeptos. Caminar por el campo o la montaña, con un bastón para apoyarse y la mochila a la espalda es una de esas actividades lúdicas que no desfallecen. Son para todo tipo de público, se puede realizar durante todo el año y no existe limite de edad ni condición. Solo hay que asegurarse de saber por donde andas y el nivel de dificultad de la ruta a realizar. A los amantes de este singular deporte, les encanta la aventura que supone subir laderas y trepar montañas, aferrarse a las rocas de la escarpada o caminar por sendas llanas.

Practicar senderismo es una de las actividades recreativas que mayor bienestar reportan, debido a su contacto directo con la naturaleza. Son tantas las posibilidades que ofrece que, difícilmente puedes evitar perderte en ellas. Si la pretensión es avanzar en los niveles de dificultad y hacer rutas cada vez más espectaculares, lo mejor es contar con un buen profesional que te ayude y se convierta en tu guía de aventuras como hace Picos Guías de Montaña.

A muchos, la idea de adentrarse en un monte y perderse les causa verdadero pavor. La ansiedad sobrevuela sus mentes y planea sobre sus ganas de emprender la aventura. A otros, la idea de pasarse la vida trampeando el monte y subiendo picos, bajando escarpadas y disfrutando de la naturaleza, no supone mayor riesgo que el de adquirir los conocimientos necesarios para convertirse en todo un experto montañero.

La figura del guía de montaña es esencial en toda actividad, grupal o individual en la que se tenga la sana intención de disfrutar de una buena excursión. Hacer una ruta que entrañe cierto nivel de dificultad y nos lleve por caminos que pueden resultar complicados, necesita de alguien que sepa defenderse por los caminos y volver al refugio (casa, punto de encuentro o final de la ruta) sanos y salvos. Que el monte es traicionero como el mar, ya lo sabemos. Si te pilla en un día enfurecido, mas te vale conocer bien el terreno y las posibilidades de refugio existentes si no quieres quedar atrapado en una tormenta.

Por eso, es fundamental conseguir un guía que te guie. Alguien capacitado para darte pautas en caso de necesidad y llevarte al lugar que quieres visitar sin correr el innecesario riesgo, de perderte en un bosque donde, todos los árboles parecen el mismo, o en una montaña donde la roca no favorece la subida.

De profesión, guía de montaña

Más que una profesión es una forma de vida. El guía de montaña es una profesión que ha evolucionado mucho en los últimos tiempos. Tanto la percepción que tiene la gente respecto al montañero, como la manera en la que estos ejercen su profesión, ha sufrido un cambio notable, siendo en la actualidad, necesario estar en posesión de una titulación que, acredite la posesión de los conocimientos necesarios.

¿Qué es un guía de montaña? Sencillamente, se trata de una persona que ejerce la función de conducir a una persona o grupo de ellas por terrenos de montaña. Esta tarea puede tener la finalidad de realizar tareas educativas, desarrollar un entrenamiento especifico o acompañar a personas a que cumplan sus objetivos. Un buen guía de montaña, debe estar en posesión del conocimiento y las técnicas de seguridad necesarias para poder ejercer la actividad sin ningún tipo de problema. Además de poseer conocimientos sobre la flora y fauna del territorio en el que se encuentra, su orografía, cuestiones de supervivencia y primeros auxilios, entre otras cosas.

La misión de un guía de montaña, no consiste únicamente en acompañar a las personas en su aventura. Se trata de un oficio que exige tener una buena condición física, contar con mucha información y estar actualizado respecto a las técnicas de seguridad y la normativa correspondiente, así como conocer en profundidad los materiales utilizados.

A grandes rasgos, un guía debe estar capacitado para crear y definir una buena planificación sobre la actividad a desarrollar. Definir los puntos críticos, las salidas de emergencia, los tiempos, distancias y peligros que puedan acontecer. Igualmente, debe saber minimizar los riesgos en cualquier salida y garantizar la seguridad del grupo. A su vez, debe conocer y saber prever los posibles cambios meteorológicos que puedan darse durante la excursión.

Han de estar evaluando de forma continua el estado de las personas a las que guie y adaptar la salida en función de su criterio y los imprevistos que puede originar un terreno cambiante.

Al margen de estos puntos, en extremo importantes, la responsabilidad del guía de montaña lleve intrínsecamente asociadas otra serie de competencias de gestión de personas. Durante una salida, con independencia de la dificultada, el guía, debe empatizar con los clientes, conocer su estado, sus miedos, gestionar sus dudas y saber como motivarles cuando sea necesario.

En resumen, un guía de montaña, debe ser una persona que sienta pasión por lo que hace y cuente con una experiencia dilatada que le permita desarrollar su trabajo de forma natural.

Formarse como guía

Hoy en día, uno puede formarse para todo y para todo, hay que formarse. Antaño, los montañeros y guías de montaña, se formaban de la experiencia. Conocían el terreno de moverse por él. Eran absolutos conocedores de la zona en donde prestaban sus servicios, generalmente porque habían pasado allí la mayor parte de su vida, investigando en los bosques, trepando montañas y cazando lo que podían.

Eso ya no sirve. Ahora en España, los estudios para convertirse en guía de montaña abarcan diferentes modalidades. Cada una de ellas con una formación especifica y la exigencia de una serie de pruebas mínimas que deben ser superadas para poder acceder al curso en cuestión.

Las titulaciones que se pueden obtener son técnico deportivo y técnico deportivo superior, respectivamente. Siendo grados que solo pueden cursarse en algunos institutos específicos. Dentro de estos dos grupos, existen diferentes modalidades de guía de montaña:

  • Guía de barrancos o técnico deportivo de barrancos (TD2)
  • Guía de media montaña invernal o técnico deportivo en media montaña (TD2).
  • Guía de escalada o técnico deportivo de escalada (TD2).
  • Técnico deportivo superior de escalada (TD3).
  • Guía de alta montaña o técnico deportivo superior en alta montaña (TD3).

Cada una de estas modalidades, dispone de una serie de competencias que limitan el tipo de actividad que pueden ejercer. Es decir, un guía de alta montaña, es el único que puede moverse por terreno glaciar y utilizar crampones. En los barrancos pueden guiar por vías ferratas y hacer el descenso. En media montaña puede guiarse por cualquier tipo de camino que no requiera de una progresión técnica con material de escalada, pero si con raquetas de nieve.

Para poder ser guía de alta montaña, es imprescindible cursar la formación anterior como guía de media montañas, guía de escalada y disponer de un currículum de actividades muy pero que muy exigente como la escalada en hielo y el alpinismo.

El acceso a cada una de las diferentes modalidades, requiere de aprobar unas pruebas mínimas de acceso para asegurar que las personas que se inscriben, poseen un conocimiento mínimo de la especialidad. Por ejemplo, para entrar en el grado medio de escalada, es básico escalar una vía de escalada deportiva de 6c a vista, 6b desequipada, aprobar un circuito de orientación con un mínimo de tiempo y recorrer una distancia con una mochila que pesa diez kilogramos en un tiempo establecido.

Lo que quiere decir que un guía de montaña, dispone de una cualificación que requiere estar al máximo nivel dentro de sus competencias. Contratar un guía de montaña, para realizar esa excursión que no te atreves a hacer por que te faltan conocimientos y experiencia, es la mejor manera de no quedarse con las ganas.

Las actividades guiadas garantizan la diversión, la comodidad de no tener que seguir un itinerario y pendiente del mapa para no perderte. El guía se encarga de todo eso y puedes dedicarte a disfrutar de la montaña sin preocuparte del camino. Ofrece una garantía de seguridad a todos los niveles que permite afrontar y evitar cualquier situación de riesgo que pueda darse en la montaña.

Al mismo tiempo, durante toda la actividad, el guía va a enseñar al grupo a interpretar el entorno y le va a aportar nuevos y valiosos conocimientos, así como las técnicas necesarias para progresar con total seguridad.

Esto incluye educación ambiental pues, el guía va a hacerte reflexionar sobre el impacto que tiene el ser humano en la naturaleza y como esta en nuestra mano salvaguardar el entorno. Por otro lado, el privilegio de recorrer rincones poco visitados y que solo algunos conocen, descubriendo las curiosidades y detalles que de otro modo, pasarían desapercibidos a la vista.

Sin duda, contratar un guía para realizar una actividad de montaña, es la mejor manera de exprimir la salida y sacarle el jugo a la experiencia. La pasión por la naturaleza y la nueva perspectiva sobre el terreno que te aportará un guía profesional, es enriquecedora a todos los niveles.