La obesidad es uno de los males que poco a poco van ganando terreno en nuestra vida corriente. Según este artículo, que maneja datos del mes de junio de este 2016, España es el segundo país de Europa con un mayor índice de obesidad, con un 57% del total de nuestra población. Además, el problema se extiende a todas las edades, pues hasta 3 de cada 10 niños padecen sobrepeso.
Solucionar este tipo de problemas no es fácil. Lo primero que se suele pensar es que haciendo dieta y ejercicio nos encontraremos mucho mejor. Y es verdad. Practicar algún deporte es ideal para luchar contra la obesidad y el sobrepeso, pero hay ocasiones en las que incluso hacer ejercicio puede resultar peligroso para personas que a causa de su peso tienen problemas de movilidad.
Esto era lo que le ocurría a mi prima. Ambos somos jóvenes (tenemos 23 años) y como vivimos en la misma ciudad nos hemos criado juntos e incluso hemos ido a los mismos colegios. A pesar de tratarse de una chica muy racional y organizada, ella nunca se ha preocupado especialmente por su peso. Aunque nunca había estado especialmente obesa, en un año ganó bastantes kilos y comenzó a tener complicaciones de las de verdad.
Tanto fue así que dejó de moverse con la fluidez que había tenido cuando era más joven. Salir a correr o jugar al baloncesto se convertían en un auténtico suplicio para ella. Sus padres lo sabían y comenzaban a mentalizarse de que algo tendrían que hacer para paliar la situación. Aunque mi prima estaba permanentemente a dieta, la báscula seguía marcando las mismas cifras y mis tíos, preocupadísimos, decidieron comenzar a buscar una clínica para que mi prima se pusiera en manos de la cirugía.
Es verdad que al principio esta opción les daba cierto respeto a todos, pero realmente confiaban en que sería la solución para resolver los problemas de movilidad que padecía mi prima y que estaban haciendo de su vida algo totalmente insoportable. Era necesario confiar la operación a los mejores profesionales del sector, por lo que mis tíos decidieron contactar con www.clinicaimos.com, la clínica del Instituto Médico de Obesidad y Salud. Sin duda se trataba de la mejor posibilidad y en ella estaban puestas las esperanzas de toda la familia.
Recuperando la ilusión y las ganas de vivir
Someterse a la cirugía empleada por aquella clínica resultó fantástico. Mi prima fue sometida a una reducción de estómago que le retiró un total de 30 kilos. Pudo volver a moverse sin dificultades y merced a ello empezó a practicar deporte de nuevo. Comenzó a mostrar más interés en su salud corporal (sin llegar a obsesionarse, que es igual de negativo que pasar del tema) y siguió perdiendo peso.
Ahora, habiendo superado sus problemas y volviendo a hacer una vida completamente normal, ella ha conseguido recuperar su felicidad habitual. Mi prima lo ha pasado mal. Todavía recuerda lo difícil que le resultaba siquiera dar un solo paso y también cómo se reían algunas personas cuando la veían por la calle. Sin embargo, ahora es feliz y, personalmente, creo que el hecho de superar toda esa situación la ha hecho mucho más fuerte y resistente ante la adversidad.
Creo que leer una historia como esta puede servirnos para quitarnos de un plumazo esos miedos y ese respeto que a menudo mostramos por la cirugía. Entiendo que es normal asustarse cuando uno debe someterse a cualquier tipo de operación, pero si confiamos en los mejores profesionales no hay absolutamente nada que temer. Para nosotros, confiar en el Instituto Médico de Obesidad y Salud fue una auténtica bendición. Por supuesto, no nos arrepentimos en absoluto de haberlo hecho.